domingo, 29 de noviembre de 2015

Musica Ficta: “Gesualdo Madrigals”

Música Ficta es un grupo vocal danés especializado en los sonidos antiguos dirigido por el  compositor Bo Holten. Es importante no confudirlo con otros ensembles que utilizan el mismo nombre en Colombia, Italia y España, este último el dirigido por Raúl Mallavibarrena. Los escandinavos llevan en activo desde 1996 y tienen en su acervo una amplia discografía de la que se pueden destacar discos centrados en la música medieval danesa y en la música de las mujeres trovadoras, pero también otros relacionados con formas renacentistas, como el madrigal. Precisamente, su más reciente lanzamiento en 2015 es una recopilación de madrigales del noble y músico italiano Carlo Gesualdo (1560-1613) titulado Gesualdo Madrigals, grabada en vivo en Bari (Italia) en 2013.

Lo cierto es que el Gesualdo, príncipe de Venosa, ha pasado a la historia principalmente por su perfil de asesino y por su psique atormentada, que siempre ha despertado el interés de numerosos psicólogos y psiquiatras, y solamente cuando su obra es reivindicada por el mismísimo Stravinsky en el siglo XX empieza a juzgársele como un notable compositor.

Como carnicero Gesualdo tiene en su haber el haber masacrado en 1590 a su primera mujer, al amante de ésta y a su hijo, cuya paternidad ponía en duda. Su posición social y el hecho de que el cardenal Carlos Borromeo era su tío abuelo le hicieron salir indemne del sangriento episodio, aunque recibió una leve reprimenda pública por parte del papa a través de un edicto.

El musicólogo del Conservatorio Superior de Música de Málaga Naser Rodríguez García atribuye ese olvido a “lo complejo de su técnica compositiva, la más apartada del canon renacentista de todo el periodo” (El límite del manierismo: Carlo Gesualdo). Entre 1594 y 1611 Carlo Gesualdo publica cinco libros de madrigales a los que se suma un sexto que aparece en 1626, años después de su muerte, integrado por piezas para seis voces. Realizó el noble también una incursión en la música sacra con la composición de un responso, una serie de motetes y otros temas de carácter religioso.

En la última década del siglo XVI el madrigal era ya considerado un género acabado en Italia. No obstante, Gesualdo lleva este tipo de piezas más allá de sus límites formales, desde los primeros dos libros de 1594 hasta los más experimentales, el quinto y el sexto. Su inspiración procedía en gran medida de la corte de Ferrara, donde estuvo con su segunda esposa Eleonora d’Este entre 1594 y 1596, y donde conoció al  organista y compositor Luzzasco Luzzaschi de quien aprendió sobre el cromatismo. La corte de Ferrara fue el foco del Renacimiento tardío y último reducto de las formas estéticas de dicha época.

Carlo Gesualdo componía sus madrigales en torno a textos hiperbreves, casi sentencias o aforismos. Son letras de marcado espíritu masoquista que enfrentan el amor, el dolor y la muerte, y que incurren en un tenebrismo reflejo de la mente del noble compositor. A modo de ejemplo, en el sexto libro de madrigales tenemos el tema Se la mia norte brami cuyo texto dice:

Se la mia morte brami,
Crudel, lieto ne moro
E dopo morte ancor te solo adoro.
Ma se vuoi ch'io non t'ami,
Ahi, che a pensarlo solo,
Il duol m'ancide e l'alma fugge a volo.

Si deseas mi muerte,
Cruel, moriré feliz
e incluso después de la muerte solamente te adoraré.
Pero si deseas que no te ame,
ah, solamente de pensarlo
la pena me mata y el alma me abandona.

Música Ficta ha seleccionado 17 madrigales de la obra de Gesualdo, centrándose especialmente en el sexto libro, del que incluyen ocho piezas, y en el quinto, representado por cuatro. Se trata de un trabajo muy interesante en cuanto a que refleja fielmente la oscura belleza y la riqueza de las composiciones profanas del noble músico, que ya permiten anticipar la llegada del Barroco.


domingo, 1 de noviembre de 2015

Emilio Villalba y Sara Marina: “El Doncel del Mar, melodías medievales desde Estambul a Costa da Morte”

Aunque mi idea original era recomendar un disco, me enfrento a un dilema: lo interesante y genial de las personalidades creativas de la pareja de artistas que protagoniza el CD me va a llevar a hablar de ellos más que de la obra en sí. 

Imaginemos por un momento a dos personas enamoradas hasta el tuétano de la cultura medieval, de la iconografía y las artes plásticas, de los instrumentos musicales que se utilizaban entonces, de las melodías y los ritmos que se interpretaban, de las historias y leyendas que se relataban… Pues esas personas son Emilio Villalba y Sara Marina y cada una de las acciones que acometen es una inmersión en la Edad Media, un verdadero y maravilloso viaje en el tiempo.

No sé si fue antes el huevo o la gallina, pero lo cierto es que el sevillano Emilio Villalba ya de niño empezó a desarrollar su afición tanto por el dibujo y la pintura como por la música, a través de un piano de juguete, tal y como nos cuenta él mismo en su web. Por su parte, Sara Marina es pianista y musicóloga, especializada en instrumentos de percusión tradicional, pero además es artesana textil, de forma que diseña bolsos y monederos con imaginería medieval.

A estas alturas el lector irá comprendiendo por qué no me puedo limitar a recomendar el disco El Doncel del Mar: Sara y Emilio constituyen un universo mucho más envolvente y diverso. Para empezar, la conjunción de estos dos talentos para las artes plásticas da lugar a una variedad de productos de exquisito gusto que ofrecen en su tienda on line, y que van desde barajas sobre música medieval, hasta bolsos decorados con instrumentos arcaicos, como el organistrum.

Sin embargo, si nos ceñimos al terreno de la música, también en este caso la actividad del dúo excede el mero contenido de un CD. Lo realmente apasionante del tándem Villalba-Marina es la puesta en escena de sus actuaciones en directo, algo que les distingue por lo atractivo y lo divulgativo, dentro de los conjuntos de música antigua.

Tuve la suerte de asistir a la actuación que ofrecieron en una pequeña ermita de Sigüenza el pasado septiembre y ya antes del recital quedé fascinado por el despliegue de instrumentos de antigua belleza que los artistas tienen depositados a sus pies. Desde una viola de teclas hasta un oud árabe; desde un rabab andalusí hasta un arpa gótica… o mi preferida, la zanfona o viola de rueda.

Emilio y Sara enhebraron los distintos números de su actuación con bellas leyendas que ilustraban la música interpretada (en un formato divulgativo, por cierto, muy apto para niños), utilizando diversos instrumentos en cada caso. Y en el que definieron como el momento álgido de su espectáculo, hacen un interludio para presentar todos y cada uno de los instrumentos que tocan en directo, dando detalles sobre su funcionamiento y pinceladas sobre su historia. Una gozada para cualquier amante de la música antigua.

El Doncel del Mar es  un intento de plasmar en un CD toda esa pasión por los sones del Medievo a través de piezas de las distintas culturas clave en la época: la árabe, la judía y la cristiana. Se trata de melodías desde el fondo del Mediterráneo hasta la península ibérica, como reza el subtítulo del disco, desde Estambul a Costa da Morte.

Encontramos por tanto cortes de música sefardí, como Axerico que abre la obra, cantigas de Alfonso X, canciones turcas y magrebíes, así como un tema de Guillaume de Machault y danzas tradicionales celtas e inglesas del siglo XIII. En suma, un fresco musical del sentir artístico medieval.